Es un guiso muy sabroso, propio de Andalucía, que se cocina prácticamente por toda su geografía, siendo a mi parecer un plato más genuino sevillano. Los sevillanos le ponen ese arte tan especial que tiene ellos y que hacen que en su tierra sepa a gloria bendita todo lo que te comes. Saliendo de Sevilla, nos vamos con el regusto de esa tapa o ración, que nos hemos tomado con una buena cervecita y vamos pensando por el camino ¿cuándo volveré? ¡Qué rico se come en Sevilla! y qué bonita es toda ella. Mi receta es la que adiviné degustándola y como os he dicho en multitud de veces, a mí me satisface. Os la cuento.
Ingredientes:
- Espinacas lavadas y troceadas 300 g.
- Garbanzos cocidos 200 g.
- Pan dos rebanadas.
- Ajos 4 dientes.
- Cominos molidos 1 cda. colmada.
- Tomate natural frito 2 cdas.
- Vinagre de vino 1 cda.
- Pimentón dulce 1 cda.
- Pimentón picante 1 cdta.
- Aceite de oliva 4 cdas.
- Sal.
Elaboración:
Cocemos las espinacas en el microondas 4 minutos, en dos veces, con un poco de sal.
Freímos ajos y pan, que queden doraditos. Retiramos parte del aceite (que vamos a usar luego) y rehogamos los pimentones. Reservamos.
Batimos, con un vaso de agua (si tenéis caldo de cocer los garbanzos ponedlo) el pan, los ajos, los cominos, el vinagre y las dos cucharadas de tomate.
En el aceite que apartamos, rehogamos las espinacas un par de minutos, después añadimos los garbanzos y mezclamos.
Volcamos lo batido uniendo bien. Por último echamos el pimentón rehogado y dejamos que se impregne todo de los sabores. Probamos de sal. Si fuera necesario y hubiera quedado una salsa muy espesa, podemos añadir un poco de agua hasta dar una consistencia más bien cremosa.
Servimos calientes.